Según información proporcionada por la DEA, el Cártel de Sinaloa y el CJNG han logrado expandir su influencia a lo largo de 44 países en todo el mundo. Estas dos organizaciones criminales mexicanas, conocidas por su gran capacidad de producción y tráfico de drogas, han logrado consolidar su presencia en varias regiones de América Latina, Europa, Asia y Oceanía, generando un gran impacto en el mercado internacional de drogas. La DEA ha expresado su preocupación por la capacidad de estos grupos para establecer redes de tráfico y corrupción en múltiples países, lo que dificulta aún más su desmantelamiento y pone en peligro la seguridad global.
Los cárteles de Sinaloa y Jalisco continúan expandiendo su alcance global, traficando peligrosas cantidades de fentanilo y metanfetamina en más de 40 países. Esta peligrosa actividad está dejando una estela de muerte y devastación en las comunidades de los Estados Unidos, y ha llevado a la DEA a implementar operaciones internacionales para combatir esta amenaza.
Los cárteles mexicanos están utilizando sus vastas redes de distribución y su capacidad de producción para inundar el mercado con drogas altamente adictivas y mortales. Pero la lucha contra el narcotráfico no se detiene en las fronteras, y la DEA está desplegando recursos y agentes en todo el mundo para detener a estos criminales y desmantelar sus operaciones ilícitas.
La DEA ha anunciado recientemente la creación de un equipo especializado para combatir la amenaza que representan los cárteles de drogas que operan en todo el mundo, con un enfoque específico en sus redes de importación de fentanilo y metanfetaminas hacia Estados Unidos. Este equipo, que comenzó su labor el 19 de septiembre de 2022, utiliza técnicas avanzadas para explotar la información, incluyendo nuevas aplicaciones para mejorar la búsqueda y el análisis de datos.
El equipo de la DEA está actualmente trabajando para identificar y mapear los objetivos de todas las redes criminales de cada cártel, y desarrollando e implementando un plan estratégico para ubicar a nivel global a los miembros y asociados de cada organización.
A pesar de los esfuerzos de la DEA, la propia agencia reconoce que su labor se ve obstaculizada por la corrupción persistente y el inadecuado Estado de Derecho en países como México, Honduras, Colombia o Haití.