En un operativo que involucró a 12 aviones, 90 vehículos y 988 agentes de al menos cinco organismos de seguridad mexicanos, se logró enviar a 26 integrantes de cárteles de drogas a Estados Unidos el pasado martes.
Entre los trasladados, presos en cárceles federales y estatales de México, destacan figuras como Abigael González Valencia, líder de “Los Cuinis”, asociado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); Kevin Gil Acosta y Martín Zazueta Pérez, supuestos jefes de seguridad de Los Chapitos, una sección del Cártel de Sinaloa; y Juan Carlos Félix Gastelum, líder de una facción relevante del Cártel de Sinaloa y yerno de Ismael “El Mayo” Zambada.
Las autoridades mexicanas subrayaron que, similar a la entrega de criminales a Estados Unidos en febrero pasado, no fue una extradición (aunque tenían órdenes de extradición) sino una entrega acorde a la ley mexicana.

El fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, en una conferencia de prensa en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), explicó que se sigue el mismo procedimiento legal en el que un país soberano (EE.UU.) solicita a otro (México) la entrega de criminales.
Los 26 individuos que fueron enviados a EE.UU. estaban recluidos en diversas cárceles de México: 14 de prisiones federales, 11 de penales en la Ciudad de México y uno en una cárcel de Baja California.
Según Omar García Harfuch, titular de la SSPC, enfrentan investigaciones en Estados Unidos por delitos graves, incluyendo tráfico de personas, homicidio, tráfico de drogas, delitos de armas de fuego, lavado de dinero y crimen organizado.

Los 26 criminales fueron trasladados a Estados Unidos en 12 aeronaves, una de la Secretaría de Marina (Semar) y las otras 11 de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Cinco de los 12 vuelos despegaron desde el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, inaugurado para uso comercial en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Para ejecutar el operativo, se desplegaron 988 elementos de la SSPC, Sedena, Semar, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República, y se utilizaron 90 vehículos de estos mismos cuerpos de seguridad.

García Harfuch enfatizó que el traslado se realizó siguiendo rigurosas medidas de seguridad y añadió que estos individuos seguían realizando actividades ilegales desde las cárceles donde estaban detenidos.
El secretario de Seguridad de México añadió que estos criminales de alto perfil continuaban dirigiendo actividades ilícitas desde prisión, aprovechando las visitas, lo que representaba un riesgo inaceptable para la seguridad.
Según García Harfuch, muchos de los trasladados a EE.UU. habían obtenido amparos para ser alojados en cárceles de baja seguridad y se esperaba que otros obtuvieran resoluciones similares. La acción se realizó para prevenir que continuaran ordenando secuestros, extorsiones, homicidios y otros crímenes desde prisión.

